Mordeduras de perro

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Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention o CDC, por sus siglas en inglés), casi 5 millones de personas sufren mordeduras de perro cada año. Esto significa que los estadounidenses tienen más probabilidades de sufrir una mordedura de perro que una lesión en el trabajo. Cerca del 20% de las personas que han sido mordidas por un perro buscan atención médica para sus lesiones.

La gravedad de una mordedura de perro varía según el caso. Las heridas punzantes, cicatrices permanentes, lesiones nerviosas y fracturas son algunos ejemplos de lesiones comunes. Además, existe la preocupación de contagiarse con una enfermedad como la rabia. La mayoría de las lesiones se producen en la cara u otra parte de la cabeza, especialmente en el caso de los niños, entre los cuales el número de víctimas de mordedura de perro es considerable.

Los casos más graves de mordeduras son cuando la víctima sufre lesiones permanentes, por ejemplo, cuando la mordedura rompe un nervio o daña el tejido subyacente. En muchos de estos casos, los pacientes deben someterse a una cirugía para reparar el área afectada y, posiblemente, deban realizar terapia física. Una fractura también puede requerir cirugía, según su gravedad. Sin embargo, generalmente, una fractura se trata inmovilizando el hueso roto, como mínimo, durante seis semanas.

No puede dejar de tratarse ninguna mordedura de perro, por más leve que sea. Es muy importante limpiar la herida con alcohol de frotar o agua oxigenada para prevenir una posible infección. Un médico debe determinar si es necesario otro tratamiento o si el paciente necesita aplicarse la vacuna contra la rabia, una enfermedad mortal, si no es tratada. En general, los síntomas de la rabia en las personas aparecen entre los 30 y 50 días e incluyen letargo, pérdida del apetito, dolor de cabeza y fiebre. Inmediatamente pueden aparecer signos de lesión en el sistema nervioso, como hipersensibilidad, convulsiones y parálisis.

Una persona lesionada a causa de una mordedura o de un ataque de perro debe buscar atención médica. No hacerlo puede derivar una infección y empeorar la lesion. Es importante también poder identificar al perro responsable del ataque, por razones tanto médicas como legales.

Las mordeduras de perros y el derecho

En muchos casos de mordeduras de perro, la víctima tiene el derecho legal de demandar al dueño del perro por daños. Según el caso y la gravedad de la lesión, la víctima puede obtener indemnización de daños por dolor y sufrimiento, gastos médicos y salarios perdidos.

Las leyes de mordeduras de perro varían según el estado. Un abogado especializado en leyes de mordeduras de perro puede determinar si es posible responsabilizar a alguna persona por la lesión. En muchos casos, las leyes de mordeduras de perro de un estado imponen lo que se llama “responsabilidad objetiva” al dueño del perro que atacó a la persona. Esto significa que el dueño es responsable de las lesiones causadas por su perro, independientemente de que el dueño sea culpable o no.

En otros estados “se perdona” al perro la primera vez que muerde. Es decir, cuando un perro muerde a una persona por primera vez, se le notifica al dueño que su perro es propenso a morder y que, por lo tanto, posiblemente se lo considere responsable si el perro vuelve a morder a alguien.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, es de suma importancia no sólo que el dueño esté al tanto del hecho, sino también saber el lugar donde ocurrió y si el perro fue provocado. Basándose en estos factores, un abogado especializado en casos de mordeduras de perro puede decidir si es posible entablar una demanda.

Leyes que protegen a los dueños de perros

El dueño de un perro que mordió a una persona puede protegerse de las demandas en su contra. Las situaciones que pueden impedir que una víctima obtenga indemnización de daños de parte del dueño del perro incluyen las siguientes:

  • El dueño prueba que la víctima provocó al perro, lo cual ocasionó la mordedura.
  • La víctima se encontraba ilegalmente en la propiedad del dueño.
  • El dueño tomó las medidas adecuadas para advertir a otros acerca del comportamiento peligroso del perro y tal advertencia fue ignorada por la víctima. Por ejemplo, una persona que ignora el cartel “cuidado con el perro”.

Fuentes de información
Centers for Disease Control and Prevention. “National Dog Bite Prevention Week”. 27 de septiembre de 2007.